Acerca del reloj

El cronógrafo Silverstone, que se presentó en 1974, lleva el nombre del famoso circuito de Silverstone situado entre Northampton y Oxford, a una hora en coche al oeste de Londres. Silverstone es conocida por ser la sede del Gran Premio de Gran Bretaña, que acogió por primera vez en 1948, y también ocupa un lugar especial en la historia de TAG Heuer. Muchos de los embajadores de carreras de la marca y socios de equipos de F1 han logrado victorias que definieron sus carreras en esta pista, comenzando con Emmanuel de Graffenried en 1949, seguido por Juan Manuel Fangio, Jo Siffert, Alain Prost, Ayrton Senna, David Coulthard, Mika Hakkinen y Lewis Hamilton con Vodafone McLaren Mercedes Benz. El cronógrafo Silverstone se convirtió rápidamente en un ícono de estilo de la década de 1970 debido a su nombre único, su apariencia vanguardista y su forma distintiva, que se ganó la admiración de los mejores conductores de la época. TAG Heuer fue el cronometrador oficial de Ferrari durante esta década, pero también colaboró ​​con McLaren, BRM y Surtees-Ford, y todos los conductores de estos equipos llevaban un reloj TAG Heuer. En 1974, el mismo año en que se presentó Silverstone, dos pilotos legendarios, Clay Regazzoni y Emerson Fittipaldi, se convirtieron en embajadores de TAG Heuer y eligieron el cronógrafo como su amuleto de la suerte. Fittipaldi ganó su segundo Campeonato Mundial de F1 en 1974 mientras conducía para McLaren, mientras que Regazzoni ganó el GP de Silverstone en 1979.

Acerca de la marca

Tag Heuer es una venerable marca de relojes con raíces que se remontan a 1860, cuando Edward Heuer estableció una empresa familiar que fabricaba sencillos relojes de bolsillo de plata. Tan solo nueve años después, la empresa revolucionó el reloj de bolsillo al obtener una patente que eliminaba la necesidad de una llave, haciendo que darle cuerda fuera mucho más sencillo. Pero eso no fue suficiente para Edward Heuer. En 1887 obtuvo otra patente para el piñón oscilante, que permitía a los cronógrafos arrancar y detenerse instantáneamente. Estas innovaciones impulsaron a la empresa a la vanguardia de la relojería y la consolidaron firmemente como un fabricante con visión de futuro. Durante el siglo siguiente, Tag Heuer continuó innovando tanto en relojería como en tecnología de instrumentos. En medio de esta innovación, la propiedad de la empresa cambió de manos por primera vez. Curiosamente, la empresa fue conocida simplemente como Heuer desde 1860 hasta 1885 antes de ser adquirida por Techniques d'Avant Garde (TAG). TAG combinó su nombre con el de Heuer para crear Tag Heuer. En 1999, el grupo LVMH de Francia adquirió la marca. A pesar de los cambios de propietario, Tag Heuer siempre se ha centrado en la innovación y la precisión del cronometraje, especialmente en el caso de los cronógrafos. Las carreras son el corazón de la marca Tag Heuer, y la compañía ha producido tanto relojes de carreras famosos como relojes complicados como el Mikrograph.